El Informe sobre Financiamiento para el Desarrollo Sostenible 2021 dice que la economía global ha experimentado la peor recesión en 90 años, con los segmentos más vulnerables de las sociedades afectados de manera desproporcionada, estimándose que 114 millones de puestos de trabajo se han perdido durante estos años.
Los colectivos más afectados son las personas sin hogar que viven en la calle, las mujeres víctimas de violencia de género, las personas mayores, las personas con diferentes tipos de necesidades especiales y aquellas personas que trabajan en la economía sumergida. Además de todos ellos, las personas migrantes y refugiadas, y en general los países con sistemas sanitarios de por sí deficientes o que se enfrentaban a crisis humanitarias, también están soportando los impactos negativos de la crisis.
Además la falta de acceso a servicios básicos, que la pandemia ha traído consigo, y que todavía en muchos sectores y muchas sociedades se sigue dando, las situaciones de desempleo o el no acceso a la digitalización en muchos colectivos han representado durante toda la pandemia un incremento de las desigualdades.
En resumen, la desigualdad sigue siendo motivo de preocupación. A pesar de la existencia de algunos pequeños avances hacia la reducción de la desigualdad en algunas dimensiones, la pandemia no ha hecho más que intensificar las diferencias ya existentes, afectando más que a nadie a las comunidades más vulnerables, intensificando las desigualdades económicas y las escasas redes que con las que estas comunidades contaban.
La respuesta a la crisis provocada por la pandemia también ha sido absolutamente desigual y ha acrecentado las desigualdades todavía más.
16 billones de dólares se han inyectado en fondos para superar los efectos negativos de la pandemia, un dato histórico. Sin embargo de esta cifra, menos del 20% se ha invertido en países en desarrollo.
Igual ha sucedido con las campañas de vacunación. En enero de 2021, cuando comenzaron las campañas, tan sólo 9 países en vías de desarrollo las iniciaron junto al resto de países desarrollados.
En más de la mitad de los países menos desarrollados la pandemia no ha hecho más que acrecentar las desigualdades tanto dentro del país como con el resto de países y también ha provocado un incremento importante de los niveles de deuda.
Por lo tanto, la situación en los países más pobres del mundo es profundamente preocupante y, según datos de Naciones Unidas, podría retrasar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos para 2030 otros 10 años más.
Solo una acción política inmediata puede evitar una década perdida para el desarrollo de muchos países.
La pandemia ha demostrado que un mundo en el que unos países no piensan en otros, en el que el individualismo se ve como un triunfo y en el que no se mira más allá de nuestras fronteras, es un mundo que está perdido. Ayudar a otros países a superar sus crisis significa fortalecernos y sifnifica asegurarnos un futuro más sostenible para todos.
También la deuda es un problema preocupante. Alrededor de la mitad de los países menos adelantados y otros países de bajos ingresos estaban en alto riesgo o con problemas de endeudamiento antes de la Covid-19 y, con la caída de los ingresos fiscales, la pandemia ha disparado los niveles de deuda. Evitar el sobreendeudamiento de estos países también es un deber moral de todos. Se necesita aportar liquidez para poder reducir sus niveles de deuda.
Debemos ayudar a los países con menos recursos no solo a superar sus crisis saliendo a flote económicamente sino incrementando sus posibilidades de inversión en sus propios recursos y en su propio desarrollo.
Necesitamos llevar a cabo una inversión sostenible e inteligente para afrontar de forma segura posibles futuras pandemias. De hecho se estima que invertir entre 70.000 y 120.000 millones de dólares durante los próximos dos años, y entre 20.000 y 40.000 millones a partir de entonces, reduciría significativamente la probabilidad de otra pandemia. Esto recae sobre los países con más recuros, porque los países en vías de de desarrollo no tienen margen fiscal para poder acometer estas inversiones.