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ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles

Escrito por Patricia Barroso el 16/06/2022

Aquí hay un problema muy grande. Por un lado, las ciudades y las áreas metropolitanas son los centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen a más del 60 % del PIB mundial, y sin embargo, por otro lado representan también alrededor del 70 % de las emisiones de carbono mundiales y más del 60 % del uso de recursos, según datos de Naciones Unidas.

El crecimiento de las ciudades está siendo inmenso. Se calcula que para el 2030, más del 60% de la población mundial estará viviendo en ciudades. Pero este crecimiento está siendo atropellado y desordenado.

Alrededor de las ciudades se están creando barrios y núcleos poblacionales con muy pocos servicios y medidas higiénicas escasas en muchos casos. Mucha gente aglutinada en lugares no seguros está haciendo que las pocas infraestructuras y servicios de los que disponen estén bajo mínimos y sobrecargados (como la recogida de residuos y los sistemas de agua y saneamiento, carreteras y transporte).

Por supuesto el impacto de la pandemia ha sido más devastador en las zonas urbanas más pobres y con más densidad de población, “especialmente para el mil millón de personas que vive en asentamientos informales y en barrios marginales en todo el mundo, donde el hacinamiento también dificulta cumplir con las medidas recomendadas, como el distanciamiento social y el autoaislamiento”, especifica Naciones Unidas.

Los altos niveles de interconectividad global y local de las ciudades las hacen especialmente expuestas a epidemias y virus, como siempre lo estuvieron a lo largo de la historia. Las grandes pandemias, el cólera, la peste, la gripe española, todas y cada una han encontrado en las ciudades el lugar perfecto para desarrollarse, hacerse fuertes y encontrar miles y miles de víctmas.

El Policy Brief: COVID-19 in an Urban World, publicado por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, hace hincapié en que los sectores más vulnerables de las sociedades urbanas se están viendo especialmente perjudicados, tanto por la incidencia del virus, como por el impacto económico que la pandemia ha dejado tras ella.

Pero es que además de todo lo dicho, el Instituto Danés para los Recursos Humanos especifica que las ciudades se ven gravemente afectadas por la fuerte disminución de la productividad, el empleo y los ingresos, y los efectos de ello llegan mucho más allá de los límites de las ciudades.

La falta de hogar como consecuencia de los muchos desalojos ha aumentado significativamente durante la crisis de la covid-19 como consecuencia de la crisis de empleo y medios de subsistencia.

La OCDE junto a la Fundación Aquae han publicado un informe, llamado “Cities Policy Responses” en el que analizan que las ciudades del mundo deben adoptar estrategias de recuperación a largo plazo que las transformen en ciudades y núcleos inteligentes, verdes e inclusivas para hacer frente a la crisis desencadenada por la pandemia.

Deberían invertir en planificar su espacio y reanudar su crecimiento económico incluyendo conceptos como “economía circular, o "urbanismo táctico”.

Según Aziza Akhmouch, responsable de la División de Ciudades, Políticas Urbanas y Desarrollo Sostenible de la OCDE y miembro del Consejo de Estrategia de Fundación Aquae,la vida tras la covid-19 es la vida con la covid-19, de ahí la necesidad de reconstruir las ciudades a largo plazo, basándose en un nuevo enfoque de los espacios urbanos que tenga más en cuenta las diferentes necesidades y los cambios en la movilidad y accesibilidad a los servicios. Esta crisis puede brindar una oportunidad única para que los habitantes de las ciudades y los planificadores urbanos reconsideren drásticamente, desde cero, su paradigma de consumo, producción y viajes".

Pero además, esta crisis debe tratarse como lo que es, una oportunidad para reconvertir nuestras ciudades en lugares más verdes y sostenibles. Esto también implica invertir en sectores con potencial de alta transformación ecológica y digital y de creación de empleo, así como desarrollar y aplicar planes de resiliencia para mejorar la preparación ante las catástrofes o futuras pandemias.