¿Es este el Objetivo que nos da la clave de cómo conseguir el resto? Sí. Es así y solo así que se puede lograr el cumplimiento de todos los demás.
Los Objetivos del Milenio no contemplaban esto, las alianzas, los pactos, las asociaciones, los clústeres y las relaciones de reciprocidad, donde todos ganan, donde todos ofrecen lo mejor de sí mismos y que genera un efecto importantísimo: el efecto multiplicador.
La pandemia ha sido un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, de lo que nos lleva a olvidarnos de los demás. Sin entender que olvidarnos de los demás significa olvidar que todos dependemos de todos y que si todos no estamos bien, entonces no avanzamos.
Los países de altos ingresos han comprado suficientes dosis de vacunas contra la Covid-19 para vacunar a sus poblaciones varias veces, dejando tan sólo un 2% de las dosis disponibles para los países pobres, según el Duke Global Health Innovation Centre.
¿Qué ha supuesto este hecho? Que mientras que en muchos países ricos se han aplicado ya cuartas dosis, en muchos países pobres todavía hay muchas personas sin vacunar. De hecho, según la OMS, tan sólo el 11% de la población africana está vacunada.
Y no hay mejor hecho que éste para hacernos ver la consecuencia de pensar sólo en unos pocos. Muchas más cepas aparecen, de cualquier rincón del mundo, y por supuesto, en el mundo globalizado en el que vivimos, se propagan rápidamente sin que ni cierres de fronteras ni ninguna medida que tome ningún gobierno pueda hacer nada.
La única medida eficaz hubiera sido una vacunación equitativa e igualitaria a nivel mundial, algo que, más de un año después de la salida de la primera vacuna, sigue sin darse.
De hecho, los países ricos han estado proponiendo varias dosis de vacunas a grupos de edad en los que la enfermedad no se desarrolla generalmente con formas graves, cuando grupos de edad que sí necesitaban una vacuna no tenían ni siquiera una primera dosis en muchos países del mundo.
Esta desigualdad ha hecho que no hayamos sido eficaces ni justos en la lucha contra la Covid.
Esto nos enseña cómo no se debe actuar. Esto es justo lo contrario a lo que buscamos con el ODS 17. El lema de la Agenda 2030 es “no dejar a nadie atrás”. ¿Por qué? Porque sólo así conseguiremos cumplir todos con las metas.
El planeta es una suma de personas, de sociedades, de recursos naturales, de plantas y animales, de océanos, de ciudades, de bosques, de selvas, de desiertos, de ecosistemas, y todos están afectados por todos. Esta es la gran enseñanza de la pandemia. Lo que le pasa a uno, en más o menos tiempo, afecta al resto. Las desapariciones de animales, los residuos en los océanos, la pobreza, las mujeres que sufren de violencia machista, los niños que no tienen acceso a una educación o una sanidad desigualmente repartida, todo esto hace que el Planeta se resienta y que no se avance, esto hace que todos vayamos cada vez a peor, viviendo en peores condiciones, que nuestras generaciones futuras presencien situaciones cada vez más difíciles de afrontar, y todos cada vez más desconectados de nuestra esencia.
Las asociaciones mundiales sólidas y la cooperación entre ellas hacen que el ODS 17 cobre sentido, que sea una realidad. Para que un programa de desarrollo se cumpla satisfactoriamente, es necesario establecer asociaciones inclusivas (a nivel mundial, regional, nacional y local) sobre principios y valores, así como sobre una visión y unos objetivos compartidos que se centren primero en las personas y el planeta, pero en todas las personas y en todas las especies. No sólo en las personas de un hemisferio o área geográfica concreta.
Debido a la pandemia, los niveles de cumplimiento en los que estaban el resto de Objetivos de Desarrollo han disminuido, ha habido un claro retroceso.
Por lo tanto, ahora más que nunca es necesario cambiar de mentalidad, dejar atrás el individualismo, que no nos hace avanzar, ahora más que nunca es necesaria una sólida cooperación internacional con el fin de garantizar que los países que poseen más medios establezcan relaciones y alianzas con los que menos medios tienen para recuperarse.
Es necesario que todos consigamos reponer nuestras economías y nuestras sociedades a la pandemia. Esto significaría avanzar en el cumplimiento de las metas que proponen los Objetivos. Esto significaría que no dejamos a nadie atrás y que estamos, efectivamente, en el camino del cumplimiento de la Agenda 2030.