Los conflictos bélicos, la inseguridad ciudadana, una falta de instituciones que protejan a los ciudadanos y un acceso muy limitado a la justicia en muchos casos, suponen un gravísimo problema para el desarrollo sostenible y para una sociedad sana, cuyos habitantes estén protegidos.
El número de personas que huye de las guerras, las persecuciones y los conflictos bélicos en general superó los 70 millones en 2018, la cifra más alta registrada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en casi 70 años.
Pero no queda aquí, también las personas que se encargan, por trabajo o por devoción, de cubrir las noticias de estas partes del mundo, de ayudar a estas personas, de defender sus derechos son víctimas en muchas ocasiones. De hecho, en el 2019, las Naciones Unidas han registrado 357 asesinatos y 30 desapariciones forzadas de defensores de los derechos humanos, periodistas y sindicalistas en 47 países. Algo totalmente inconcebible.
Por otro lado, los nacimientos de alrededor de uno de cada cuatro niños en todo el mundo nunca se registran de manera oficial, lo que supone un grave problema, puesto que este hecho les priva de una prueba de identidad legal, que es crucial para la protección de sus propios derechos y para el acceso a la justicia y a los servicios sociales. Es como si no existieran ante las instituciones de su propio país. Es normalmente a partir de los 5 o 6 años que comienzan a registrarse y aparecer legalmente en los registros, pero hasta dicha edad, ante cualquier problema o necesidad de ayuda, están totalmente desprotegidos.
Otro problema grande es la desprotección de la infancia en general en muchos de los países más pobres. Este hecho es especialmente grave, puesto que las familias y las comunidades en las que viven incitan a los niños a colaborar económicamente en casa. Con ello se consigue que aumente el porcentaje de trabajo infantil en el mundo, y lo que es peor, que dichos niños abandonen las escuelas para poder trabajar y ayudar en sus casas.
La pandemia ha agravado especialmente este hecho, puesto que ha contribuido a aumentar la pobreza, por lo tanto, en 2020, el año en que el coronavirus entró en nuestras vidas, 9 millones más de niños fueron víctimas de trabajo infantil, a causa de este aumento de la pobreza en sus países, según datos de UNICEF y de la Organización Internacional del Trabajo.
En total, se calcula que puede haber más de 160 millones de niños dedicados a trabajar en el mundo, la cifra más alta desde hace 20 años.
Necesitamos promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible y para poder dar cumplimiento a los Objetivos, necesitamos facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles y para todos los ciudadanos, no importa de qué país o nacionalidad sean.
Los Indicadores Mundiales de Buen Gobierno miden el desempeño en la esfera de eficacia gubernamental utilizando, por ejemplo, encuestas de empresas, ciudadanos y expertos realizadas en todo el mundo. El indicador de eficacia procura captar la calidad de los servicios públicos, la calidad de la burocracia y la calidad de la formulación e implementación de las políticas.
Todos los países se califican en una escala de 0 a 100. En África subsahariana, 28 de los 48 países se clasifican en el cuartil inferior de eficacia, junto con un pequeño número de países de otras regiones. Esto significa que no son lugares seguros ni eficientes para gestionar a sus ciudadanos. De mismo modo pasa con algunos países de latinoamérica, donde la inseguridad y violencia ciudadana son verdaderamente preocupantes.
Las personas de todo el mundo no deben tener temor a ninguna forma de violencia y tienen que sentirse seguras a lo largo de su vida, independientemente de su origen étnico, religión u orientación sexual. Necesitan tener acceso a una sanidad completa y eficaz, necesitan tener protegidos a sus niños y a sus mayores. El coste de no tener esto es muy alto e impide directamente conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.